Muchas veces cuando tenemos una meta, nos enfocamos tanto en el cómo y no dejamos que las situaciones fluyan, nos volvemos nuestro propio obstáculo. Si bien, debemos hacer nuestra parte, actuar, planear y ser flexibles, también debemos confiar.
Si tratamos de controlar todo, tendremos nuestra atención fija a todo lo posiblemente malo que pueda surgir, en lugar, de ver alrededor las oportunidades que podrían llegar.
Mi reflexión para ti, es que liberes la expectativa sobre esa meta o situación que deseas, haz tu parte y una vez hecha confía y observa los resultados. No controles, no cambies, no modifiques, simplemente observa y goza felizmente.
La maravilla de liberar la expectativa, es que activas tu creatividad, ya que al no concentrarte en sólo un escenario o varios escenarios fallidos y apagar “fuegos ficticios”, puedes aprovechar tu mente y tu entusiasmo en crear proyectos, o incluso en los pasos siguientes o hacer algo nuevo. Y esto quita el estrés, la ansiedad y el miedo que rodea la idea de la posibilidad de no lograr lo que deseas.
Al final del día, las cosas pueden salir como tú esperas o como no esperas, así que, no malgastes tu tiempo enfocándote en lo que no puedes controlar.
Usa tu energía para ¡Crear!
Enviándote luz,
Elizabeth